miércoles, 14 de agosto de 2013
martes, 13 de agosto de 2013
La niña y el mar
Había una vez una niña a la que le encantaba el mar. Decía que el mar era como una rosa, guapo y
alegre. Pensaba… ¡que el mar era genial!
A la niña le encantaba ir todas las mañanas a ver las olas
del mar. Aunque ella había veces, que veía en la tele que el mar era malo y los
niños se ahogaban en él. Que había peces raya y algún tiburón.
Ella no se creía nada, porque cuando ella tocaba el mar, estaba
tranquilo y no había ni una ola.
Los padres cuando le decían que iban a la playa, ella cogió muchos
bañadores para bañarse mucho. Fue genial y lo pasaron fenomenal.
No le gustaba el invierno, ni el otoño, porque no se podía bañar.
Pero le encantaban el verano y la primavera porque si se podía bañar.
Hasta que un día cerraron la playa por que había en ella
tiburones martillo. La niña que se llamaba Anabel, no se lo podía creer y
empezó a llorar por no poder meterse en el mar.
Pronto cazaron los
tiburones y pudieron ir a la playa.
Había una vez una niña a la que le encantaba el mar. Decía que el mar era como una rosa, guapo y
alegre. Pensaba… ¡que el mar era genial!
Claudia Pruneda
Un día de ruta
Ayer fui a caminar por la Ruta del Alba.
¡Lo pasé genial!
Fueron catorce kilómetros. Cuando iba por el kilómetro dos o
tres encontré a una señora que me dio un bastón tallado para caminar.
Un rato después llegamos a un área de descanso. También había
cuatro o cinco cataratas y me hice fotos al lado de las ellas. Un chico, que
también hacia la ruta me gastó bromas.
La parte que más me gustó fue la última, porque era todo el
camino con piedras y había muchas cataratas en el río. Al llegar al final de la
ruta, que estaba en un alto comimos compartiendo mesa con otra familia.
Al iniciar la ruta de vuelta y casi al final me tuve que
descalzar porque me dolía la uña del pie. Después tomé un helado y subiendo al
coche nos vinimos para casa.
¡¡Fue la mejor ruta!!
¡¡LA TENEIS QUE HACER!!
lunes, 12 de agosto de 2013
Había una vez una niña que se llamaba Caperucita Roja cuya mamá le dijo que fuese a casa de su abuelita porque estaba enferma y le tenía que llevar una cesta con chocolate, azúcar, pan y dulces.
- Abuelita, que ojos más grandes tienes.
- Son para verte mejor.
- Abuelita, que orejas tan grandes tienes.
- Son para oírte mejor.
- Abuelita, abuelita, que nariz tan grande tienes.
- Es para olerte mejor.
- Abuelita, que boca tan grande tienes…
Y en ese mismo instante, el lobo se abalanzó sobre ella diciendo “¡Es para comerte mejor!”. Por mucho que Caperucita intentó escapar, el lobo se encontraba cada vez más cerca.
Durante su huida gritaba por lo que dos cazadores se acercaron a ver qué pasaba y le dispararon. Seguidamente sacaron a la abuelita del interior del estómago del lobo y Caperucita se dio cuenta de que nunca más debía desobedecer a su madre.
miércoles, 7 de agosto de 2013
El dragón que no podía echar fuego por la boca
Había una
vez en un país muy muy muy lejano, donde vivía un dragón, que no
sabía lanzar fuego por la boca.
Se sentía
triste por ello y decidió ir a clases para aprender a lanzar fuego. Pasó un mes
y dos mese y al tercer mes… el pequeño dragón seguía sin saber echar fuego.
Preocupado, se lo dijo a su madre y ella no sabía que hacer para ayudarle.
Un día un
dragón muy malo que llegó a la ciudad, los vio y como el pequeñín no sabía
lanzar juego, lo cogió y lo encerró en un lugar oscuro y con murciélagos.
El pequeño
dragón intento e intentó echar fuego… ¡¡pero
no podía!! No había comido nada desde hacía tres días y entonces al soplar muy
fuerte de nuevo le salió una chispa de fuego y una gota de agua. Descubrió que
era un dragón llamado “Aguafuego” y
echaba agua por la boca y fuego por las orejas.
¡¡Era el único dragón que podía hacerlo!!
Entonces, quemó
y echó agua al dragón malo. Éste marchó corriendo hacia su país y “Aguafuego” se escapó y fue a ver a su
madre. Le contó la historia alucinante que había vivido.
Desde ese
día “Aguafuego” y sus amigos fueron
felices y comieron lombrices, colorín, colorado este cuento se ha acabado y por
la chimenea se ha esfumado.
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