En mis vacaciones he echo muchas cosas.
Por ejemplo he ido a ver amanecer a la playa de Peñíscola. ¿Alguno de vosotros a visto alguna vez el amanecer en una playa? Pues no os lo perdáis. Merece la pena
También he estado en el castillo de Peñíscola, es muy bonito. Dentro de él hay un pueblo y hacen obras de teatro, yo vi como ensayaban una.
¿Queréis saber un poco de su historia?
Te llevo de paseo por una fortaleza inexpugnable.
CASTILLO
Declarado monumento Histórico-Artístico en 1931, está emplazado en la zona más elevada del peñón, a 64 m sobre el nivel del mar, con un perímetro de 230 m.
El Castillo, construido por Los Templarios sobre restos de una antigua alcazaba árabe, sufrió pequeñas reformas bajo el mandato de Benedicto XIII transformándolo en palacio papal.
La fábrica de los muros es de piedra labrada y todas las dependencias se cubren con bóvedas de cañón que arrancan de impostas muy simples formadas por un cordón moldurado.
Destaca en todo su conjunto la sobriedad y solidez de su construcción tanto en las estancias templarias como en las estratégicas e intrincadas dependencias pontificias.
A pesar de las modificaciones introducidas por Felipe II para artillar la fortaleza y de los bombardeos sufridos en las numerosas guerras y asedios no se ha visto sustancialmente alterada la conformación del castillo.
PARQUE DE ARTILLERÍA
El Parque de Artillería ha sido restaurado como parque botánico donde se puede pasear entre los jardines constituidos por palmeras, olivos, lavandas y flora autóctona del Parque Natural de la Sierra de Irta. A lo largo de los años los jardines del Castillo del Papa Luna han sabido conservar ese aspecto estratégico desde donde se puede contemplar toda la bahía de Peñíscola, una vista de belleza inusual desde la cual se observa como las olas llegan a la orilla de la Playa Norte, como haciendo reverencia a la impugnable fortaleza.
MURALLAS
Además del Castillo, que se halla situado en la parte más elevada del tómbolo, destaca todo el Casco Antiguo de la Ciudad, cuyo conjunto de murallas han sido construidas en distintas épocas, configurando su potente imagen de fortaleza inexpugnable.
Las murallas se dividen en tres zonas y estructuras arquitectónicas y militares diferentes. De las tres zonas, destaca la muralla renacentista que constituye el frente de la fortificación.
Fortificación del siglo XVI proyectada por el famoso arquitecto J.B. Antonelli, siendo una muestra de la arquitectura militar peninsular.
LAS TRES ENTRADAS A LA FORTALEZA
El Portal Fosc, de estilo renacentista, fue la entrada principal hasta el s. XVIII y esconde rincones donde perderse y poder disfrutar de momentos en los que parece que la historia no ha pasado. Sobre la puerta principal del Portal Fosc todavía podemos observar un escudo conmemorativo de Felipe II. Visitar Peñíscola significa retroceder en la historia y adentrarse en el medioevo renacentista.
La segunda puerta es la de Sant Pere, mandada a construir por el Papa Luna en el S.XV, que proporcionó a la ciudad un nuevo acceso por mar, alterando el antiguo cinturón de murallas y creando un embarcadero que funcionó hasta el siglo XVIII cuando se cegó y terraplenó por motivos militares. El portal está formado por un gran arco rebajado de sillería sobre cuya dovela central se halla el escudo del Papa Luna, esculpido por Filibert Bertalla.
La tercera puerta a la ciudad, es la puerta de Santa María, construida en 1754, por orden de Fernando VI, para mejorar los accesos a la ciudad. En su interior nos encontramos la Plaza de “Les Escaseres”, rodeada de muralla lo cual le da ese aspecto íntimo en el que poder sentarse y respirar esa paz que sólo Peñíscola es capaz de dar. Junto a ella está situada la Ermita de Santa Ana, que data del año 1827, que es de gran interés histórico, y que supone una visita obligada al recorrer las estrechas calles empedradas de la ciudadela.
Fuente: Peñíscola
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