domingo, 17 de noviembre de 2013

El gato negro





Había una vez en un pueblo muy lejano y en un día cualquiera... un gato negro que tenía cuatro meses de edad y se llamaba "Sombra".
El gato convivía en una casa con una niña y sus dos hermanos. También vivían en la casa la madre y el padre de la niña.

El gato dormía y comía mucho. Era único y él lo pasaba genial en la casa.

Le encantaba ver las cobayas y los pájaros de la casa. Pero... había un perro muy grande y... ¡claro! tenía que tener cuidado.

"Sombra", a diario pasaba ganas de escaparse al jardín. Entonces... saltaba por la ventana o se colaba por la puerta. Otras veces salía al tejado.

No le gustaba quedarse solo y cuando se fueron de vacaciones los padres y la niña, al volver,  "sombra" no les conocía. Pero, más tarde, recordó quien le acariciaba, era la niña. También fue recordando a quien le hacía bromas, era la madre y de quien le regañaba un poco, era el padre.

Un día que el perro dormía... salió.
Sin darse cuenta, se puso sobre el perro y ... ¡claro! el perro  despertó y el gato echó a correr... y el perro detrás.
Se escondió detrás de una parrilla y el perro no le vio.
Siguió corriendo... y el gato se libró.
Entró en casa y se puso a dormir en el sillón. Cuando despertó lo acariciaban la niña y su hermana, mientras el perro le seguía buscando.

Al gato le encantaba cazar moscas y un día se tragó una.
Tenía los ojos amarillos como las serpientes y un collar azul como el mar... con cascabel.

Ese gato, es mi gato y es... ¡¡GENIAL!!.



Claudia Pruneda


 

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